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Análisis genético de obesidad y diabetes

Son muchas las consultas que hemos recibido en nuestro servicio de Asesoramiento Genético sobre el análisis genético de OBESIDAD y DIABETES, por lo que he decidido realizar este artículo como segunda parte de «¿Qué es la nutrigenética?«.

Para analizar el grado de predisposición genética a la obesidad existen varios genes implicados que podemos agrupar en varias categorías:

Control central de la ingesta

Los genes implicados en este grupo son los relacionados con el control del apetito y la saciedad y son tres (MC4R, FTO, BDNF). La existencia de ciertos genotipos en estos genes, puede ocasionar que tu control de la ingesta sea irregular. De forma sencilla, cuantos más genetipos que provequen esta irregularidad tengas más ganas de comer de lo «normal» tendrás o tardarás más en saciarte, lo que provocará que comás más de lo que necesitas hasta «llenarte«. Además estos genotipos suelen producir una mayor apetencia por los alimentos calóricamente densos.

Regulación de la termogénesis

La termogénesis de los alimentos es la energía (las calorías) que tu cuerpo necesita para digerir, absorber y metabolizar los alimentos. Por ejemplo cuando decimos que un alimento nos sienta «muy pesado» o «es difícil de digerir» en realidad es que se necesita mucha energía para ser digerido. Los alimentos con mucha fibra necesitan más energía para ser digeridos, absorvidos y metabolizados.

En este grupo hay seis genes asociados (UCP1, UCP3, ADRB2, ADRB3, PPARG, ACE), que cuando tienen ciertos genotipos, significa que tu cuerpo tiene problemas para realizar los procesos de digestión, absorción y metabolismo de los alimentos, por lo que se quedan más tiempo en el tracto digestivo y asimilan más energía de lo «normal» de esos alimentos. Por ejemplo, si de un alimento X tendríamos que obtener 30 kcal tu cuerpo obtiene 45 kcal; esas 15 kcal extra no son utilizadas por el organismo y se acumulan en forma de grasa. Además, el gen PPARG está asociado con un genotipo ancestral no adaptado a los hábitos de ingesta habituales que provoca que no asimila bien los alimentos procesados.

Proceso inflamatorio

El proceso inflamatorio del tejido adiposo está relacionado con una alteración del sistema inmune que lo que hace es inflamar los adipocitos (las células del tejido adiposo) aumentando su tamaño, y por consiguiente, aumentar la masa grasa total de manera crónica. Por lo que es muy importante la actividad física en este caso para «quemar» la masa grasa. La existencia de esta  inflamación significa además que va a costar más «quemar» esa grasa, es decir, se necesita hacer mas ejercicio de lo «normal» para quemar la misma cantidad de energía que una persona que no tiene este tipo de inflamación.

¿Por qué ocurre esto?. Porque una persona que no tenga esta inflamación del tejido adiposo, puede tener el mismo número de adipocitos que tú, pero al no estar inflamados ocupa menos espacio que en tu organismo.

Para este proceso se encuentran asociados cuatro genes (IL1B, IL1RN, IL6, TNFa).

Resistencia a la insulina y predisposición a diabetes tipo II

Para saber la predisposición genética a esta enfermedad hay cinco genes asociados (FABP2, ADIPOQ, IRS1, IL6, PPARG). Como he comentado anteriormente el gen PPARG al tener el genotipo ancestral donde los alimentos procesados no se asimilan bien, está relacionado también con la resistencia a la insulina.

Existen genotipos en estos cinco genes que están relacionados con una resistencia a la insulina o un mal funcionamiento de la misma que crea un aumento de la glucemia pudiendo provocar diabetes tipo II.

Con esta información se tienen más herramientas para evitar el temido efecto rebote cuando se realiza una dieta en la que se pierde peso y se puede combatir de forma más eficaz aquellos malos habitos que hacen que se almacene grasa (especialmente la visceral) y que se desarrolle la obesidad y la diabetes.

Nutricionista colaboradora en Proyecto Concept Auxiliar de farmacia en Implika formación Máster en Educación Nutricional Universidad Juan Carlos III