La crisis del COVID19 ha supuesto un enorme test de estrés para el sector de la salud en todos los países. Todavía estamos lidiando con los efectos de la pandemia y, a la espera de nuevos tratamientos y vacunas, el principal objetivo en el futuro más cercano será mitigar los efectos de posibles rebrotes y preparar al conjunto del sistema sanitario para ello.
Pero también debemos comenzar a afrontar una serie de retos que tenemos pendientes como sociedad, para mejorar el conjunto de la salud ciudadana.
En primer lugar, hay que impulsar de una vez por todas la denominada medicina personalizada. Las sucesivas olas de innovación en técnicas, herramientas y tecnologías permiten ya que diagnósticos y tratamientos se puedan personalizar y adecuar a las diferentes características y singularidades de cada ciudadano (edad, condición de salud, etc.) Ello va a exigir cambiar poco a poco ciertas inercias en relación a cómo se gestionan los distintos planes de salud pública y, también, exigirá un incremento de inversión que repercutirá por otro lado en ahorros ante la mejora espectacular de resultados que se puede prever con la generalización de la personalización. Una personalización que deberá ir acompañada de más y mejor prevención y de un impulso en la capacidad predictiva.
En segundo lugar, la tecnología ya hace posible en muchos sectores el llamado teletrabajo. La crisis en la que estamos inmersos ha puesto de relieve que se puede afrontar la prestación de muchos de servicios y muchas tareas utilizando las tecnologías a nuestro alcance. ¿Por qué no aprovechar esta situación para impulsar la telemedicina? No se trata sólo de una cuestión de elegancia estética, o decir ¡qué moderno es pasar consulta por internet! Por el contrario, se trata de una auténtica revolución para atender mejor a cada persona, para reducir drásticamente ciertos costes del sistema actual y poder llevar estos ahorros hacia inversiones en otras facetas que mejoren el sistema en su conjunto.
En tercer lugar, y muy relacionado con lo anterior, vamos a tener que hablar muy en serio y en profundidad de una adecuada colaboración público privada en materia de salud. Frente a quienes desde posiciones ideológicas legítimas, reducen el debate a una especie de combate binario: o público, o privado, creo que debe impulsarse con honestidad, transparencia y conocimiento una mayor colaboración entre el sector público y el privado. Si queremos mejorar el sector público sanitario, este deberá colaborar más con el ámbito privado y las empresas. Y viceversa. Hay que romper con esa dicotomía y construir puentes, derribar esquemas demagógicos, conversar hasta el agotamiento y conciliar voluntades. Muchos profesionales y gestores desean honestamente la mejora de los servicios sanitarios que se ofrecen a la población. Hagamos de ello una prioridad.
La cuarta cuestión es una especie de desideratum para poder hacer frente a los retos antes descritos. Necesitamos mejorar e incrementar el protagonismo de las startups de ehealth en el conjunto del sector sanitario. En relación al sector público y a la industria privada tradicional, las startups no sólo representan un sector dinámico e innovador, sino que por su propia naturaleza están en mejores condiciones de poder afrontar algunas tareas, algunos retos y seguramente muchos de los objetivos que existen tanto en el sector público como del privado. Para ello hay que hacer un esfuerzo en la generación de conocimiento de calidad sobre la contribución a la sociedad y al sistema de salud de estas startups y aunar esfuerzos como startups que trabajan en la materia, para que las nuevas soluciones, servicios y proyectos sean conocidos y valorados. Las startups de ehealth deben y pueden contribuir como agentes esenciales en la mejora de la sanidad española. Si quieren afrontar este desafío y ser tenidas en consideración dentro de la ecuación global, las startups deben mejorar sustancialmente sus prácticas y estrategias en materia de asuntos públicos o public affairs.
Agustín Baeza
Director de Asuntos Públicos de la Asociación Española de Startups
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Agustin Baeza
20 años en departamentos estratégicos y gobierno corporativo Director de Asuntos Publicos en la Asociación Española de Startup Asesor de Asuntos Públicos y Comunicaciones Mi lema es “Primero, genera confianza y luego tendrás influencia” Docencia e investigación en España y Latinoamérica desde 2000 Novelista: Alfil Blanco, Alfil Negro